De las esquelas a Windows 8

23 Jan

2013-01-19 21.44.12Estoy como cabra chica (así le decimos en Chile a sentirse niña) porque decidí renovar mi principal herramienta de trabajo, mi computador. Tenía un netbook que ya está un poco lento y no acompañaba. Entonces invertí en un súper ultra mega duper book, con Windows 8 y todo lo que eso significa.

La plataforma está llena de luces y colores… Aunque parece que era mejor no intentar tocar nada. Se me ocurrió apretar en la app Kindle, no sé para qué porque no tengo Kindle, y de ahí las cosas se pusieron raras. Después instalé Chrome y parece que no fue buena idea. Quise instalar Open Office y fue una idea tanto peor porque nunca se terminó de instalar acusando que había otra instalación fantasma en curso. Reinicié y ahí estuve otra media hora mirando la pantalla en negro. Preparándose para configurar, no apague el equipo. c-o-l-a-p-s-o.

Igual Windows 8 no está mal, logré dar con las teclas claves y el notebook resucitó después de irse a negro por más minutos de los que pude contener la respiración. Y siguió “configurando” por más de media hora.

Mientras hacía RCP a mi juguete nuevo, saqué un cuadernito y  me puse a escribir. A veces me gusta sacar el lápiz y garabatear el papel con mi letra ilegible, a la antigua, olvidarme de tanta sabia buena e insuperable, pero tan susceptible al  error de capa 8 (entre la silla y el teclado).

El otro día encontré, entre los miles de recuerdos que me resisto a dejar, una colección de mini esquelas que tenía como a los 12. Las guardé porque pensé que si tenía una hija tal vez podría regalárselas. Ese pequeño mundo donde convivían Garfiel, Los Simpson, Snoopy y la Barbie no puede ser más inútil y poco deseado hoy. Y me resisto a votar los papeles con caritas, aunque ni para post it sirven. ¿Qué coleccionan los niños hoy?¿apps?¿memes?¿nada?

Mejor me dejo de coleccionar cosas y aplico buena limpieza al montón de cachureos y basura que guardo en mi casa y cabeza.

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