Fábulas de la reconstrucción. Parte 7: Meditar

24 Aug

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Los estucadores colombianos que trajeron la salsa al soundtrack de la constru.

Me cuesta escribir cuando mi mente está hiperactiva. Entonces, recuerdo que la escritura me funciona de meditación, así que dejo las patrañas y me lanzo otra vez. Tengo la sensación de que ya pasó lo más difícil, aprendimos que los obstáculos pasan y que nada puede arrebatarnos lo esencial, motivos de más para sentirse bien.

Bajó el miedo, aunque la sensación de alerta sigue, porque sabemos que todavía algo tiene que pasar, (no sólo lo digo por mí) muchos no hemos llegado al lugar donde queremos estar. En este caso, el proceso que empezó hace 7 semanas. Pasamos la mitad y la casa ya comienza a aparecer. Ahora es más fácil explicar a las visitas dónde estará la cocina. Siento que falta poco para recuperarla y volver a hornear, aunque por ahora nos las arreglamos bastante bien con una cocinilla de camping.

Gracias a Samuel, que por esto días tuvo que hacer de gasfiter, tenemos agua caliente y de a poco empezamos a recuperar nuestras comodidades. Desde el comienzo de la aventura, uno de los requisitos era conseguirnos una tina más grande, para poder darme baños con sales o espuma. Y el desafío es conseguir una del modo más económico posible. Las antiguas bañeras inglesas son escasas y cuestan demasiado, así que estamos con un proyecto algo alocado, que podría transformarse en emprendimiento, si resulta.

Esa es la parte entretenida /lúdica de estos tiempos es que nos plantean acertijos, obligándonos a pensar distinto y reflotar la opciones descabelladas. En eso estamos, poniéndonos creativos con todo, incluso con la billetera. Porque para pasar agosto (serios estudios comprueban que es el mes más largo del año ¡cuek!) TODO VALE.

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