Torta de mamá

28 May

cumple

Tengo el blog abandonado, por buenos motivos. No he dejado de escribir, al contrario tengo tres proyectos de libro y mi principal desafío este año es lograr terminar al menos uno de ellos.

 

Cumplí 36. Esperaba con ansias el día de mi cumpleaños. Ese gesto ritual de celebrar la nueva vuelta al sol, con todo el amor de los que están cerca. Hay un gesto en particular que me llena el corazón. Mi madre –y lo hace en cada cumpleaños de sus 5 hijos- hornea una torta. Y no es cualquier pastel. Se dedica al menos dos días antes de la fecha a hacer un pastel de cumpleaños inolvidable. Siempre saben tan ricos que se ha transformado en una atracción para todos los que pasan a saludar. Me encanta sentir ese cariño, las horas, la paciencia, la dulzura maternal que se transforma en el paladar de los convocados.

 

Los últimos meses han sido una extraña y larga crisis en varios niveles. Temas emocionales, problemas de comunicación (en casa de herrero…) y hasta económicos se han venido a pasear por esta puerta. Un pinzamiento de cadera me dejó sin poder hacer trekking. Tuve que parar obligada.

 

Me regalé varios meses pensando en qué quería hacer durante este año y cómo lo iba a hacer. Aprendí a hacer títeres (gracias maestro Pérez), libretas y formé un taller literario junto a dos escritoras amigas, donde las historias toman cada vez mejor forma. También participé en charlas de emprendimiento para un negocio que todavía no concreto, postulé a fondos concursables que no salieron. Sumé éxitos, fracasos y sigo probando.

 

A pesar de estar viviendo en la incertidumbre de nuestros tiempos, siento que mi vida está bendita. Tengo la oportunidad de trabajar a mi ritmo y la tomo, aunque no tenga la holgura material que quisiera, pero puedo darme ese lujo y otros como el de comer otro año más esa torta deliciosa que me gusta compartir con ustedes.

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