Monthly Archives: June 2012

Así con el estrech

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Desfile de paraguas.

¿Te ha pasado que hay días que tienes 0 ganas de escribir? Es raro porque ahora pensé que no tenía ganas y si me pongo a escribir no me para nadie. Debe ser porque estoy floja con estos días ricos invernales para quedarse en cama haciendo cucharita. Además, tengo que revisar y escribir algunos temas que no me están motivando tanto en estos minutos.

¿En qué habíamos quedado? Ah, si. El dolor uterino intenso era ¡colon irritable! Al médico le faltó poco para cagarse de risa en mi presencia.

–          Pero doc, me siento morir, ¿cómo me va a mandar pa’ la casa con puro Viadil?

Y así fue. Tal vez sea porque me lo había pasado comiendo cosas ricas o porque, por otro lado, las pegas que tengo ahora pagan en diferido y empiezo a sentirme cesante, aunque realmente no lo estoy. Prefiero decir freelance, eso suena más bonito. Pero la realidad es que no es tan agradable tener que andar cobrando pegas que hiciste meses antes a personajes que se quieren hacer los suecos o que realmente tienen montada su minipyme de tan mala forma que viven en el bicicleteo constante.

Para olvidarme del “estrech” (así quedó el término para siempre después de que escuché a un colega decirlo inocentemente), me escapé al hermoso Puerto Varas. El centro de la ciudad es como tener un Alonso de Córdova gigante y en el sur. Mala suerte que el alcalde corrupto decidió poner un mall y lo hacen los mismos ctm que hicieron el de Castro.

Conocí a personajes memorables como la Vicki Johnson (sus chocolates me hacen llorar de emoción), Aldo, Kathy, Felipe y Yasna (los perioartistas invitados), Pablo Ortúzar (el dueño del capitán Haase). No puedo tener más que un GRACIAS por lo entrete de la escapada.

Ahhh y hoy fue el día D, tuve que hacer una mega presentación para ver si quedo en una pega zorrona. Aquí vamos otra vez. Así que gracias también al Samu que me ayudó a mejorar la PPT. Puxas que es malo Powerpoint, pero de verdá que me dio sustito ocupar Prezi.com (gracias Moni por la buena vibra). Porque si no andaba el cuento, me quedaba ahí con pánico escénico y chao no más presentación, pega, fama y todo. Ya me veo recibiendo el Oscar o el premio limón. No, no apliqué para el reality show. No aún… Esperemos a ver qué pasa cuando se acabe el seguro de cesantía. Oh my goshhhhh!

Pain in the uterus

ImagenHan cachado que es típico cuando está lloviendo, que justo cuando tienes que salir se larga con cuática. O puede que sea solo para mi, especialmente, en la buena onda. Un poco me pasa por dispersa supongo. Hoy mientras se caían perros y gatos con balde, un tipo me gritaba que no me podía estacionar ahí. Bueno, ya lo había hecho, así que en realidad si se podía.

El cuento es que, al final, una sabe que ese día no debió haber salido. Lo malo es que a veces, las obligaciones sociales, trabajo, etc. te obligan a cumplir con ciertas rutinas o lo que sea. Ahora estoy con un dolor uterino intenso y la visita al doc del otro día no sirvió de nada porque en realidad al parecer me equivoqué de especialidad. Es que uno no tiene idea qué le duele, cuando le duele. Y mi novio también copiaba en biología. Y en realidad con el WFR (Wilderness First Responder, ejem, ejem)  no me basta para saber qué miéchica me duele allá abajo.

Supongo que la explicación de Louise Hay será que son los miedos y tal. Bueno, puede ser, estoy aterrada en esta nueva era. Quiero mis antiguas seguridades que nunca me gustaron. Y eso que lo estoy pasando más bien qué nunca. Qué será que a una le cuesta disfrutar tanto el día a día.

Igual con la lluvia, la nueva gotera en mi casa y todos los demás desaguisados del día, la imagen de varias personas mirando frente a un ventanal caer las hojas del otoño, me alivia al instante.

Ahora, me dedico a revivir una gran tradición familiar, la pésima y a la vez entrañable costumbre de agasajar a los seres queridos con comida, voy a regalarle una torta a la Mina Cuática en su cumpleaños y no es cualquier torta, es la torta de mamá, la del cuaderno de recetas que mi abuelita escribió con puño y letra. Vamos a ver cómo nos va = si nos resulta el pastel o si sobrevivimos al estado doloroso de hiperventilación en que me encuentro ahora.

Todo el flow

Agarré mi bicicleta y salí soplada. Ups, fail. Pinché rueda. ¡Vuelta! Tomé prestada la bici del Samu y salí otra vez. Ahora si. Se me pasó la mañana volando, con unas cosas que revisé para el Patagon Journal (¡excelente revista!). Tenía que ir al doc. El invierno me atacó de golpe. Estoy sentada con mi peor pinta -ojo: buzo y chaleco chilote-, ni para ir a la feria estaba presentable, cara de culo off course. Y sale un Mc Steamy, carpeta en  mano. Fiuuuuuu, salvada, el doc guachón de dos metros, mirada  profunda y pelo entrecano no me llama. jajajaj. Espero un rato y es mi turno. El real doc es de lo más simpático, inusual para ser médico (y en general no me gustan los médicos), me explica que le parece el colmo que le pongan un paciente cada 15 minutos porque a él le gusta atender a la gente como corresponde, disfrutarlo. Bien, ¿ah? después del cuestionario de rigor, exámen físico, etc, se larga con una charla casi evangelizadora, pero bastante buena. El éxito es lo que quieres lograr, pero la felicidad no es lograr el éxito, es disfrutar esos logros. Y hasta venía con bibliografía: consigue “Flow: The Psychology of Optimal Experience”, de Mihaly Csikszentmihalyi (1990). Además, me recomienda “Siútico”, de Óscar Contardo, para reirse y reirnos de nosotros mismos los chilenos. Vamos a estudiarlos. A ver si viene algo entretenido. bueno, venía con sicoanálisis la consulta, pero bien atendida la cosa.Vamos a ver cómo nos vamos sacudiendo el invierno.

Me las di de pirata pero no pude bajarlos en pdf. Ni modo, habrá que seguir tratando. jeje. Si encontré otro que se llama Finding the Flow, del mismo autor. Vamos a fluir para seguir feliz como una perdiz.

33

Se han fijado que  los médicos ya no le piden a sus pacientes: “diga 33”. Para el caso da lo mismo. El otro día me preguntaron mi edad y por primera vez tuve que decirlo. 33. Es bonito el número, si la edad de Cristo y weas, también es fuerte que si me crucifican ahora, no he hecho nada de lo que pueda estar orgullosa. Ahí el afán de escribir, publicar, comunicar, garabatear.

Lo bueno es que parece que hay muchas personas que están en la misma parada y eso me gusta. Nunca imaginé mis treinta y tantos de una manera tan gozadora e inestable. Lo mejor/peor es que probablemente esto se va a mantener así. Si, divertido, también inestable. Osea, por  una parte miedito, por otra, ok, vamos, démosle.

Vivo con mi novio en una casa vieja, desordenada, un poco dejada de las manos mágicas. No tengo hijos, pero me adoptó un gato y hasta ahí mis responsabilidades con el sistema y la sociedad.

Estuve unos meses en la voluptuosa tierra de Magallanes y cuando volví a mi querido Santiasco traté de buscar trabajo por los medios tradicionales, para darme cuenta un poco por dolor de guata y otros síntomas, que lo tradicional simplemente no me viene. Sé que hay otros en este mismo lugar. A los que les da alergia la estructura del “deber ser”. Los que ya se han puesto a RECICLAR, LIMPIAR, BOTAR, DESTRUIR antes de dar un paso adelante en el verdadero SER.

Quiero ver a más trabajadores independientes, negocios nuevos, ideas innovadoras, nuevos proyectos, mentes abiertas, menos juicios, menos ¿y cómo vas a ganar plata? Porque al final no se sabe o no importa, pero es parte del juego. Tengo 33 y creo que ya es tiempo de ponerse a jugar.