Monthly Archives: December 2012

Se nos fue el año

ImagenMe encanta esa expresión que comenzamos a repetir justo después del 18 de septiembre (fiestas patrias) para hacer que el último trimestre del año de pase volando. Y ahora se fue.

Me largo de la ciudad y esperaré el nuevo año bajo una luna fresca, rodeada por montañas y rocas.

Ya saben que odio los recuentos, pero si tengo mis tradiciones. Una de ellas es la horneada mágica de queques, magdalenas o galletas, que serán distribuidas entre los amigos más volados. La otra tradición, menos interrumpida, es pensar las intenciones para el año que comienza.

Aun con la confusión de este fin de año a cuestas, surgen algunas metas, anhelos largamente postergados, ideas a largo, súper largo y mega largo plazo. Si miras para atrás, ya no eres el mismo de hace 5 años, pero sigues siendo tú.

¿Dónde estaremos en 5 años más?

En el lugar que sea, prometo encontrarme.

 

PD: Quiero agradecer a Azog el orco y a la vaca-fácil-para-dibujar por las visitas que le han aportado a este blog.

Ruido interior

frascoLe pedí al viejo pascuero que me trajera un frasco de paz interior y otro de claridad mental y el viejo CTM para variar me regaló un montón de cosas que no necesitaba. Cosas buenas y bonitas, cosas materiales. Pero voy a esperar a Día de Reyes a ver si espabila alguno de los magos y me hace llegar el pedido.

Y es que en medio de estos días de ajetreo y agote, añoro mis momentos de claridad mental, cuando estoy completamente segura de lo que veo, hago o digo, no tengo dudas y puedo tomar decisiones sin preguntarme dos veces ¿será lo mejor?

Aunque detesto las listas y los recuentos de fin de año, sirven para darse cuenta lo ricos que somos. Millonarios en abrazos, caricias, amigos y amor. Que tenemos hasta un gato que nos maúlla de sobra, una familia muy bella, un jardín donde todo florece.

Hay que admitir que estuvo buena la natividad. Visitamos y nos visitaron. Vino Daniel desde Valdivia, mi hermano Ro de Viña, comimos y celebramos con las familias de un lado y de otro. Y siguen llegando los regalos, mientras la inquietud cesa y mi corazón comienza a retumbar más tranquilo y acompasado.

De a poco se disipa el ruido mental, aunque ese ruido me frene las ideas y produzca párrafos insensatos pegoteados a la mala. Voy a seguir persiguiendo fantasmas, tomando las imágenes de un lugar para ligarlas a otro. Zurciendo el paño roto del pasado con sueños, tejiendo un tapiz que no se sabe dónde va a terminar ni si será útil. Poniendo asuntos en orden. Dejando los cajones de un escritorio vacíos para llenar otro nuevo.

Los nuevos David y Goliat

Azog vs Thorin

Azog vs Thorin

Me saqué los lentes 3D, cuando salieron los créditos de “El hobbit: un viaje inesperado”. Disfruté la historia de unos pocos que logran vencer a los muchos, contada una vez más. Los 13 enanos más un hobbit y un mago estratega casi son devorados por unos trolls limítrofes, se enfrentan con los orcos más malos, casi mueren cuando caen en manos de miles de goblins, justo cuando se habían salvado de los gigantes de roca y pretenden ganarle al dragón Smaug en el “to be continued”.

Eso me recuerda a David y Goliat. La inteligencia que supera a la fuerza, una minoría que vence a la mayoría o un alma humilde que doblega al poderoso. Dan ganas de que la vida sea un poco así, épica, aunque sin tanta alimaña suelta.

Me reí cuando un enano le preguntó a Gandalf qué podía hacer con la tempestad, él le responde que si quiere cambiar el clima se busque a otro mago. Fuera del cine, la lluvia de verano caía sobre Santiago con más fuerza que las escasas gotas que mojaron el pasado invierno.

También pienso que en la realidad los malos nunca se saben malos, ni tampoco son tan feos y fáciles de identificar, ni se vuelven piedra con el sol. Lo mismo corre para los elfos, que siempre son buenos y bonitos. La clásica visión del bien y el mal es difícil de aplicar en la vida sin mirar sus varios grises. Me pregunto si también a quienes he dañado me ven como Gatísimo a su archi enemigo o si ellos alguna vez se pudieron en algún momento en mis zapatos y entendieron mis motivaciones. Las razones de los orcos y el dragón, el oro y la venganza, las de las personas y los enanos, siempre más profundas que eso. Hogar, respeto, justicia, paz.

La Navidad de Gatísimo

ImagenMuchos ya han escuchado esta historia, pero no hay nada mejor que legarla por escrito. Dicen que fue en diciembre que nació Jesús. No sé ni siquiera si existían los diciembres en esas fechas, pero se especula que también fue un diciembre cuando nació Gatísimo.

Primero vagó por las calles hasta que un alma samaritana (probablemente la veterinaria del lado), lo arrojó por la pandereta a mi patio interior, en febrero. Ese día desperté con unos maullidos bajitos, me asomé por la ventana y vi al gato más divertido y tierno de la historia. Dos orejas enormes coronaban al pobre bicho famélico, de lomo gris, con su panza alba, manos y pies enguantados en blanco. Le di leche y nunca más se fue. Por sus colores le puse Bugs (en honor a Bugs Bunny). En pocos minutos, adquirió algunos apellidos y su nombre oficial fue Bugs el Mega Gatísimo. Como era muy largo finalmente lo dejamos en Gatísimo porque le venía a su personalidad querendona y mansa.

Estaba tan enamorada del gato que me imaginaba que me seguía al trabajo o donde fuera. Él también me adoptó y tenía costumbres extrañas como despertarme para jugar a las 3 y 6 de la mañana. Cosas de los gatos. Nunca pensé tener una mascota, este ser peludo y ahora más o menos cilíndrico me encontró. Hasta me da alergia y a veces no me deja respirar, motivo por el que he mirado con odio a cada doctor insensible que me diagnostica “regale al gato”.

Por estos días debe cumplir 9 años, lo que en años gatunos son como 63, onda entrando en la tercera edad y con sus achaques. Le detectaron cierta insuficiencia renal y tiene que tomar todos los días un cuarto de pastilla que el felino olvida tomar muy a menudo interesado en otras preocupaciones como las polillas, los nuevos archi  enemigos y también los amigos recién llegados.

Es un poco obeso, esponjoso y muy calentito. Se nos tira encima para dormir ignorando por completo sus poco más de 7 kilos de gatunidad. A veces saca los huesos de pollo de la basura o se come un pajarito. Después se pasea por mis piernas dejando los pantalones negros con una gruesa capa de pelos. Es medio patudo, leso y bien sociable. Tiene buen carácter y por eso se lleva bien con niños, adultos y la mayoría de los gatos vecinos.

En las tardes se echa en el patio, bajo una sombra y entrecierra los ojos ronroneando. También le gusta enroscarse sobre mi cama y dormir por horas. Todo lo que se necesita para ser un buen guati-si-si-mo.

La tartamudecencia

Foto de Daniela Morita

Foto gentileza de Daniela Morita

Estoy tan nerviosa que me he puesto a tartamudear, me volvió el dolor en los tobillos y sueño con facturas desconocidas del negocio que ya estoy dejando y que todavía me cuesta dejar de llamar nosotros.

Fuimos a buscar multitudes del consumo para fotografiar al mall, llegamos a la base de la torre de Saruman (aka Costanera Center), pero no encontramos a las masas, en cambio nos fuimos con un kilo de chocolates y un stolen persipán del supermercado del elefantito. Cuando salimos, encontramos a la horda, vestida con la camiseta negra de una corrida de 5K que dejó inmovilizado el tránsito de Santa María, Los Conquistadores y Andrés Bello por horas. Al salir del embotellamiento, bomberos y una ambulancia trabajaban para sacar un cuerpo del río Mapocho del que nada se supo en las noticias.

Patagon Journal está en el cierre de su tercera edición y con el bebé casi en imprenta, me fui a escalar a Los Manyos, acompañada del más  inadecuado dolor de guata. Como es mi costumbre culpé a un tercero, el stolen. Probablemente no fue más que mi nerviosismo. Nunca había sufrido tanto la subida de 45 minutos, bajo el sol de mediodía. Llegué a la roca mareada y jadeando.

A pesar de todo, el día estuvo espléndido, de escalada hice poco, pero ya saben que no
tengo dedos para el piano, aunque me sobre personalidad. Al final se me había pasado el malestar, descansé, me relajé, aunque me vienen re re re peticiones a ratos de la tartamudez y me da por inventar palabras del tipo tartamudecencia. Lo sentimos, hoy es lunes.

Cuenta regresiva

Reloj Doomsday

Reloj Doomsday

Me quedan solo 10 días hábiles en esta oficina y tengo bien poco que hacer. Ayer pasé las 12:12 del 12 del 12 de 2012 sentada en el escritorio frente al computador. Voy a extrañar mi Hp Pavilion dm1 porque le dura mucho la batería y está bastante cómodo y liviano como para llevarlo a pasear. Pero  primero voy a extrañar a los amigos (aka el zoológico).

Ahora me dedico a entrevistar a los últimos guías y ordenar los archivos, tratar de corregir los errores en mis documentos de capacitación. Por la noche me junté con mis amigas “las brujis”, dos de ellas bastante embarazadas, de 3 y 6 meses cada una, en el boulevard de la Plaza Ñuñoa, que a mi me parece igual que ir a comer al mall. Nos pedimos unas tapas, yo una birra, las grávidas unos jugos. Aunque estas madres modernas no se tomaron una piscola, si se llevaron el cigarrillo a la boca un par de veces. Al final de la comida, se pararon de frente y aproveché de presentar a sus habitantes ocultas. Laura te presento a Matilda, Matilda ésta es Laura. A ver si se gustan de antes y se hacen amigas. Mientras que con Margarita nos miramos con cara de ¡uy! que lejanos los temas de pañales, Fabi y Tati piensan si es que les da la inspiración para buscar a su segundo bebé.

Se ven bien estas guapas, las que tienen su guatita y las que no. Fabiola está en un diplomado de community manager (la voy a contratar a ver si me arregla el layout). Lo qu necesito ahora es un .com , pero todavía no se me ocurre un nombre que esté disponible. Escriboweas es el nombre más feo del planeta. Lo puse para que los que entraran estuvieran lo suficientemente evolucionados para no espantarse al escuchar groserías, insultos, reclamos varios que son vertidos en este espacio. Para sentirme libre de vomitar, putear y escribir historias de cualquier tipo y tema. Veamos qué pasa en 10,9,8,7,6,5,4,3,2,1…

hui huichu a merri shmash

Viejo Pascuero chilensis. Creado en algún momento enlos 90. :P

Viejo Pascuero chilensis. Creado en algún momento enlos 90. 😛

Feliz Navidad/Feliz Navidad/Feliz Navidad/Próspero Año y Felicidad, decía la cumbia. Y me acuerdo cuando mi hermano Ignacio cantaba a coro con sus compañeros de Kinder “hui huichu a merri shmash” (we wish you a merry Xmas).

Armé el árbol de Navidad. Quedó tan desordenado como manda mi tradición familiar. Y volví a dibujar después de muchos años el viejo pascuero chilensis, raquítico con su panza desnutrida, la bolsa del desaparecido supermercado Cosmos y  su gorro de I Love Chiloé que inventé cuando estaba en el cole. Se lo regalé a varios como tarjeta de Navidad y gozábamos publicándolo donde fuera.

No he comprando ni medio regalo y ya veo que será como otros años, comprando a última hora, sin tener mucha idea qué regalar a quién. Si tengo suerte se acaba el año antes y se nos acaban los problemas.

La Navidad me estresa un poco, pero me encanta que venga un Año Nuevo. me agrada esa esperanza de que cerrando el ciclo las cosas seguirán cada vez mejor y brindar por la abundancia y la felicidad. Los resúmenes de fin de año, los pronósticos astrales, todo lo nuevo que vendrá.

Renuncié a la empresa del bus rojo y comenzando enero me voy a trabajar con unas viejas amigas (o sea no de esas viejas / jóvenes que conozco de hace harto /arréglala ahora). Son gente muy buena y tienen una oficina donde reina el respeto y la buena onda, hasta te dan permiso para prender incienso si quieres. Chicas, ¡gracias por la oportunidad! Ahora a dejar el 2012 atrás y celebrar el nacimiento de nuevos horizontes, la new era.

El baile de los cóndores

2012-12-05 16.11.46En pleno emo-breakdown, me siguen sucediendo cosas buenas y únicas. Hoy subí a Valle Nevado (si, mi trabajo tiene una parte muy buena que es que me lleva por el día a la montaña o al mar). Es temporada baja, así que  pocos manchones de nieve acompañan  la vista del glaciar Iver y el cerro El Plomo. Las multitudes se fueron, solo quedan algunos funcionarios, por ahí gotean turistas, y el lado salvaje retoma su lugar.

No alcanzamos a estacionar, cuando una decena de cóndores juveniles nos mostraron su rutina, que venían repitiendo por más de una hora. Un adulto con su cuello blanco los vigilaba primero desde abajo, luego desde la cornisa del hotel. Los jóvenes, que todavía no visten el negro pétreo en sus plumas, superaban en porte y peso a su instructora. Los vimos lanzarse y dar giros, abrir sus alas, a veces con torpeza, pero sin perder la majestad de su estampa.

La visión de estos pájaros gigantes bailando sobre las tocas, siempre me trae una sensación de calma. Recuerdo una salida al Abanico, muy cerca de la ciudad. Cuando con José Miguel paramos a comer algo y nos echamos en la tierra exhaustos, un par de cóndores surgió de pronto y nos mostraron sus piruetas. Fue como si bailaran para nosotros.

Los muy buitres no pierden la gracia al volar. Y, en realidad, no puedes moverte de otra forma cuando tu casa es un lugar como Los Andes. En estos días, cuando los novatos nos regalan su práctica de vuelo, pienso en la dulzura de la libertad.

Posición horizontal

bridget-jones-tvHoy me convertí en un cliché: horizontal, con el compu en las piernas, comiendo un trozo de torta tres leches, viendo los capítulos atrasados de How I Met Your Mother, con cara de poto, a lo más Bridget Jones en sus peores días.

En mi afán de entrar en más asuntos de los que puedo resolver, estoy como zombie y completamente irritable. Trabajé un par de días de más que debo recuperar. Entremedio, me pongo a editar la revista patagónica más bonita del planeta y colaborar con los amigos chileno-palestinos, para no olvidarme del periodismo.

A tono con la semana de trabajo post trabajo, Samu dedicó sus horas de descanso a crear la maqueta más tocada de la Bienal de Arquitectura (curiosamente a los asistentes les provocó cierto placer sensual el tacto del cerro de madera que sostiene al refugio de Melimoyu) y, de pasada, dejó toda la casa envuelta en una gruesa capa de aserrín.

Teoría 1: El polvo de madera se me coló en los cesos y por eso tengo las neuronas atontadas.

Teoría 2: Encontré la fuente de la ira y como me lo temía, no es tan fácil de controlar. Es mi motor creativo. Pero es como cuando a los X Men recién les vienen sus poderes mutantes y Xavier tiene que llevarlos a la escuela a aprender a controlarlos. Siempre me pasa. Aparece la rabia y exploto. Se mezcla con tristeza, frustración, total confusión, SPM, qué voy a hacer, etc.

Quería hacer un post positivo para agradecer y celebrar los más de mil clicks de este modesto sitio y en cambio me largo a llorar como la vieja reclamona que soy. Pero, son bienvenidos -como siempre- a putear de vuelta. Aunque también se reciben nanais y otras siutiquerías reconfortantes y contenedoras.