Monthly Archives: May 2013

El pirata de Los Molles

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El restaurante Pirata Suizo era todo un mito para mi, lo había seguido en distintas publicaciones, pero nunca antes tuve la verdadera intención de ir a Los Molles. La oportunidad se presentó en un día de niebla densa, que casi se cortaba con cuchillo y tras manejar unos 200 kilómetros desde el norte, ya de regreso a Santiago, luego del último fin de semana largo.

Llegamos sin mapa y ni siquiera tuvimos que parar a preguntar. Estacionamos frente a la puerta, entramos y empiezo a mirar a la izquierda para elegir una mesa en un salón que parecía vacío, cuando siento una voz imperativa que no dudo en atender. “Tú, aquí”. Me acerco, me saluda como si me conociera. “Tú entras a la izquierda, verás una mesa redonda, ya hay 3 personas sentadas ahí, pero tú vas y te sientas ahí. ¿Entendido?”

Supe en seguida que era el dueño. Giorgio ya es famoso en Los Molles porque lleva casi 30 años ahí. Nos sentamos con su mujer y dos amigos de ella. Estábamos todos en el mismo salón junto a la chimenea, olvidándonos del frío. En seguida llegó Giorgio a explicarnos el sistema de la casa. Hay un menú y tú eliges el plato de fondo entre varias opciones, incluye entrada y postre por $7.000, los bebestibles son aparte. Recomiendo probar alguno de los jugos de la casa, yo probé de la copa del mismo Giorgio (te juro que tu chica me dio permiso) uno que me figuro tenía algo de fruta cocida, limón y miel.

El pan de la casa es delicioso y llega acompañado de una salsa con mayo y un sabor a mostaza, aunque Giorgo me dice que de eso no tiene nada. De entrada comimos un colorido mix de ceviche,chucrut, betarragas, tomate en conserva, tortillita de papas. Divino y ya cumplí con los 5 al día. Nuestras elecciones para el fondo fueron el mejor goulash con spaetzle salteados (pasta). Grandes cubos de carne, blandos y con una salsa para chuparse los dedos. Era tan grande el plato que no pude terminar. Samuel pidió el mixto de pescados, con una sublime reineta apanada en coco rallado y otro pescado que pudo ser róbalo (pero que ya no recuerdo) con salsa de mariscos, vegetales salteados sobre hojas de apio frescas… uy! qué maravilla.

Y tuve que hacer espacio para el postre, que es un imperdible. Era una degustación de crema catalana sobre una perita, kuchen de plátanos (que se puede comprar para llevar como el pan) y dulce de membrillo de ese que sólo se puede hacer con la receta de la abuela.

Me gustó tanto que se disipó la niebla y levité en un cielo azul inmenso llevada en brazos por el viento.

Los Molles, km. 185 ruta 5 Norte

Fonos: 56 33 792138 – 56 9 85564947.

 

La importancia de los espacios

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Voy a entrevistar al director de una de las corporaciones para las que trabajo indirectamente, a través de una agencia que me contrata. Tengo que esperar y me ceden un asiento en uno de los cubículos vecinos. Me siento y saco mi texto de taller para leerlo una vez más e intentar mejorarlo, pero es difícil mantener la concentración. Hay alguien sentado a cada costado, delante y detrás. El espacio es reducido y cuando recién empezaba a concentrarme llega el dueño del escritorio.

A mi me ha tocado mentirles y decir que sus oficinas ahora son más iluminadas, que pueden estar más cerca de tu equipo y un sinnúmero de eufemismos con el objetivo de encubrir la codicia de una corporación que necesita reducir costos y eso implica definitivamente achicar los espacios de trabajo. Para qué tener escritorios más amplios y murallas, si puedo tener a cien cristianos cada uno en su metro cuadrado, trabajando eficientemente, con tan poca privacidad que no son capaces de llamar a su amante o marido porque cualquier conversación da pie al “brain storming” (se escuchó mi tonito, ¿no?).

Ahí es cuando doy las gracias que al menos tengo un espacio amplio en mi oficina. Siempre he necesitado mucho espacio. Algunos están obligados a conformarse con menos, no tienen las posibilidades. Pero mi ego es probablemente tan enorme que necesito más silencio y calma que todos. Finalmente, para mi tener tu espacio es sinónimo de hacerle hueco a la creatividad. ¿Cómo podemos pretender ser creativos, cuando el del lado te está estorbando con su codo?

Y así con muchas cosas. Siempre he sido muy desordenada, sin embargo, valoro enormemente a quienes son capaces de mantener todo en orden, con extrema delicadeza y respeto por el espacio del otro. Tal vez no lo logre jamás, pero me propongo ahora dos cosas: 1.- valorar por sobre todo y santificar para siempre mi propio espacio; 2.- hacer intentos verdaderos por lograr mantener ese espacio propio limpio y en orden (los que me conocen saben que es una tarea titánica). /Llamando a la creatividad, capítulo 94 :P/

 

La torta cumpleañera

Torta de mamá modelo 2013

Torta de mamá modelo 2013

Una de mis tradiciones familiares favoritas es la de celebrar los cumpleaños. Recuerdo siempre dormirme ansiosa la noche anterior a la espera del saludo de mis padres y hermano y soplar las velas de esa torta que siempre-siempre prepara mamá, toda hecha con sus manos.

Llega a dar remordimientos verla trabajar tantas horas, pero al probar la torta, te das cuenta que todo su esfuerzo generó el trozo de pastel más sublime que jamás hayas probado.

Ahora que estoy grande (= mayorcita, crecida o vieja a secas), mi madre sigue preparando religiosamente el pastel. Días antes me pregunta cómo la quiero y siempre-siempre queda para comérsela con las manos de rica. Me siento infante, inocente y feliz cada vez que pruebo estos pasteles cumpleañeros, muchas veces adornados con un Feliz Cumpleaños o un Te Quiero.

Y no es solo mi opinión. A veces sospecho que gran parte de mis amigos me visitan sólo para probar este manjar (hasta se han producido peleas por llevarse el último trozo, se los juro). Lo mejor de todo es que tengo cuatro hermanos y para todos sus cumpleaños también hay torta de mamá. Siempre he pensado que el amor es el ingrediente principal en cualquier preparación. Pero mamá, ¡tú tienes talento!

Se me hizo agua la boca y me voy a comer un pedazo de esa torta… mmmm qué rica.

A casi un año

2013-05-25 18.43.22Gatísimo está extendido (en realidad debería decir desparramado) sobre el living, mientras intento hilar mis ideas. En pocos días se cumple un año desde que empecé este blog, primero como escriboweas, luego traspasado a su actual envase chimuchinero.

Tan magno evento coincide con mi aniversario, para el que nunca falta el autoregalo. Este año fui a una sesión de lectura de mi carta astral (para más detalle diríjase a condestinoa.com), que me trajo algunos buenos augurios y también me habló de tránsitos nebulosos.

Esta chimuchina que a veces me abruma no va a cesar. Hablamos sobre estos tiempos de verdad y crecimiento, de este cambio de piel rara vez es tan rápido o instantáneo como quisiéramos. También de lo importante de hacer un alto y escaparse a la montaña, al bosque o simplemente retirarse de cuando en vez, a recargar energías para seguir la búsqueda. Y pienso que ese es el verdadero foco de este blog, compartir viajes, escapadas, películas, libros que nos hacen salir del ruido cotidiano y al menos a mi me sirven para contactarme con lo que soy.

El mapa de mis astros resuena en mí y me da una mano para entenderme. Como remate, me regala un consejo de despedida: fe y persistencia.  [así no más]

Escapadas: Un encanto de valle

Vivac en las afueras del encanto. Foto:Samuel Bravo S.

Vivac en las afueras del encanto. Foto:Samuel Bravo S.

Y nos largamos de la ciudad, con un poco de recelo por las casi cinco horas al volante que nuestro destino exigía. Tomamos la Ruta 5 Norte y pasando el sector Las Chilcas, comenzó una lluvia furiosa, resonante, que apenas dejaba ver la carretera. Esto nos impulsó a continuar con muy breves detenciones, como la imperdible parada para comer las empanadas fritas de Huentelauquén, junto a un néctar de papayas.

Era de noche y el clima estaba templado, así que tiramos nuestros sacos de dormir a los pies de un espino solitario en una planicie con vista a un gran valle, con numerosos sembrados. A lo lejos,  la cordillera que exhibía sus cumbres nevadas. La luna y las estrellas iluminaban la noche clara. Despertamos al amanecer con una luz rojiza en el horizonte y vimos salir el sol.

El petroglifo que inspiró el logo de viña Tabalí.

El petroglifo que inspiró el logo de viña Tabalí.

Reconfortados por el descanso, entramos al Valle del Encanto, famoso por sus petroglifos de la cultura Molle. Hay muchos, algunos en mejores condiciones de conservación que otros, algunos numerados con una impertinente pintura blanca, tal vez usada por un investigador poco prolijo. Al centro de todo hay mesas de pic-nic y quinchos para asado, por lo que no falta el grupo que lleva su reggaetón y se planta a asar una carne, sin importarles el maravilloso entorno.

El lugar es una vega donde además viven algunos pequeños ejemplares de un arbusto llamado papayo silvestre, el único que es endémico en Chile, porque la otra papaya que conocemos es introducida (si, qué decepción).

De ahí, pasamos por Ovalle y nos fugamos hasta Río Hurtado para visitar el Monumento Natural Pichasca, primer lugar donde se encontraron restos de dinosaurio en el país. Hay un refugio donde rescataron vestigios indígenas y varios troncos petrificados, extraídos en las investigaciones paleontológicas. El administrador, Juanito, es un guardaparque de los buenos. Lleva más de 12 años ahí y nos habló de las pinturas rupestres y del lugar, además de abrirnos las puertas de su casa.

Desde ahí empezamos el regreso a casa. Durante todo el tramo de la carretera nos acompañó la más densa niebla. Para escapar del frío, nos refugiamos en el Pirata Suizo de Los Molles, un comedor de 7 tenedores en el límite de la V Región. Excelente experiencia. Con la guatita llena y el corazón contento, no pudimos comenzar de mejor forma esta semana de cierre de ciclos*.

*El domingo es mi cumple.

 ** Todas las fotos son de Samuel Bravo.

Pichasca

Juan nos explica sobre los petroglifos y el deterioro de la cueva por la ganadería caprina.

Héroes cotidianos

doug_narinasI’m a believer. Creo en todos los dioses, la vida en otros planetas, en la intuición y por cierto también en la astrología. Como un autoregalo de cumpleaños (falta poco para el nuevo ciclo, nada que hacer, inevitablemente me voy haciendo cada día más sabia), fui a la consulta de Jimezu para que analizara mi carta astral.

Samu me mira con cara de ‘otra vez buscando respuestas donde no las hay’. Pero para mi todo esto tiene un sentido terapéutico. La cosa es que mis tránsitos están jodidos y parece que seguiré explorando distintas opciones hasta encontrar mi lugar… Y al final nunca dejaré de hacer más de una cosa a la vez, porque está en mi esencia hacerlo. Si, soy un agote.

2013-05-12 21.30.26Cuando me planteo qué quiero hacer se me ocurren muchas cosas, no todas fáciles de juntar. Además, debo luchar con mis pretensiones grandiosas. Aunque por otro lado, eso habla de mis ambiciones. Ahora que los astros hablan de la total disolución de mi antiguo yo, me pregunto quién quiero llegar a ser.

Puede sonar pretencioso, pero me gustaría convertirme en una heroína de día a día. No me voy a transformar en Batman o la Mujer Maravilla para ir disfrazada a salvar a los pobres indefensos. Todo lo contrario. Me gustaría llevar luz donde no la hay. Mostrar que las cosas en la vida y en el mundo pueden ser distintas. Aportar desde mi infinita pequeñez a hacer de éste un lugar mejor.

Y cuando pienso en esto, me acuerdo de la historia de la alemana que vive sin dinero hace 17 años, en Pepe Mujica, del intrépido e imaginativo Doug Narinas de NIckelodeon y en todos los que ayudan a quebrar los viejos paradigmas, para hacernos ver que hay nuevas formas de vivir.

De niña, con mi hermana hacíamos un cómic inspirado en un compañero de mi curso, Orlando Segovia, a quienes todos llamaban Cebolla. Él era Super Onion, un héroe que inventamos de la nada. Ella dibujaba y yo escribía las historias. Ya no recuerdo de qué iban, pero si lo recuerdo a él. Era igual a Papelucho, de risa fácil, alguien agradable y en que siempre podías confiar. Bueno de verdad. Hacíamos competencias de quién tenía los pelos de los brazos más largos y aunque yo no lo hacía mal, él podía hasta hacerse unas trenzas. A sus 10 años, este chico era un héroe sin saberlo. Me pregunto si alguna vez alguien dirá algo así de mi y de tanta nebulosa-chimuchina.

Wish I was here

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Zach Braff está en campaña, quiere filmar una nueva película, “Wish I was here”, y promete mantener el estilo casi biográfico de “Garden State” (2004), un clásico indie de la comedia romántica. La volví a ver este fin de semana para recordar por qué me había gustado tanto. La banda sonora es increíble, la historia es simple y el humor es sutil y loco a la vez. A Samu no le pareció tan increíble, pero me sigo riendo a carcajadas cada vez que veo la escena de la camisa (al menos esa parte ¡tienen que verla!).
No sé si donaré un dólar al amigo de “Scrubs” porque ya lo logró y eso que quedan 17 días para cumplir el plazo. Al menos le daré un like a su pledge y lo divulgaré entre todos mis conocidos.

PD: He tenido medio abandonada la chimuchina, pero no he dejado de escribir. ¡Todo lo contrario! estoy en un taller y tengo un proyecto que me está tomando más tiempo de lo que podría imaginar. Se avanza lento pero está quedando bien… Bueno, eso creo. Veamos qué me dice el taller.