¿Te acuerdas de cuando no existían los teléfonos móviles? Sí, yo me acuerdo de estos aparatos antiguos que tenían ruedas para discar (exagero un poco, pero mis abuelos tenían de esos).
Vamos con Keri, Samuel, Luxo a El Ingenio y pasamos por un parque de la caja de compensación Los Héroes donde hacíamos siempre asados con la familia y se me viene esto a la mente:
[Conversa por teléfono de mi papá con mi tía]
-Hagamos una asado en el Maipo.
– ¡Ya! Nosotros llevamos la carne y el carbón, ustedes lleven los agregados.
Listo. Pebre, arroz y el familión en el auto. Llegamos al lugar, pero ni rastro de la tía y la carne. Curioso. Comimos un rico asado de arroz con pebre y volvimos a la ciudad. Después, nos enteramos que la carne y el carbón se habían ido a las Rocas del Padre, en Pirque, en otra rivera del río.
Otro día:
[película “Amour”, de Michael Haneke]
Aunque el abuelito si tiene un celular, declara que sólo lo contesta cuando sabe quién es y previo aviso de la llamada.
De chica, vivía en mi querida pobla de La Florida y no teníamos teléfono. Pero mi abuelo que era muy patudo (confianzudo), fue al almacén frente a la casa y le preguntó a los dueños si podía llamarnos. Este teléfono con rueditas era un público improvisado, se pagaba algo así como 50 pesos por llamada. Supongo que los pilló desprevenidos, porque le dijeron que sí. Cada vez que al viejo Guille se le ocurría saber las últimas novedades de la familia, el Cristian que atendía el mesón del almacén, tenía que salir corriendo, cruzar la avenida, para que respondiéramos. Lo más vergonzoso es que fue más de una vez y nunca para una emergencia. Imagino la cara de mi papá contestando, algo así como “fuimos a la feria y después comimos puré con carne”, mientras otros vecinos esperaban con su moneda a mano su turno al cuernófono.
[Las pitanzas]
Me da 100 bolsas de chicles, por favor (llamando a 2 en 1).
¿Está la tina? …No Y con qué te lavai vieja cochina jajajajaja…
…Carabineros. ¡Es que me están robando!
Al final tuvieron que ponerle un candado a la ruedita.