Grande y Hediondo

20 Aug

Imagen

Dibujo: Samuel Bravo

Grande y hediondo vive en El Ingenio, localidad cercana a San José de Maipo, que detenta el título de “balneario” por encontrarse a la vera del río Maipo.

Lo conocí por casualidad porque fuimos a dar una vuelta por las calles de tierra de este pueblo, adornadas con quillayes, nogales, castaños, membrillos de flor, eucaliptos, almendros y otros, y Samuel le hizo cariño al perro grande, que desde ahí nos siguió, sin remedio.

El problema era que el Grande, al parecer, tenía serios problemas estomacales y mientras caminaba frente a nosotros, nos bombardeaba con olores en extremo desagradables. Ahí que quedara bautizado como Grande (primero) y Hediondo (después). A pesar de lo pestilente, Grande y Hediondo tenía un amigo, que también se nos unió. Era blanco, con manchas negras y café, y mucho más civilizado que Grande y Hediondo, que sumaba a sus peculiaridades la extraña manía de excarvar y tirar toda la tierra tras de si, como si fuera gato.
Los dos nos acompañaron durante nuestro camino a la Gran Roca, sin perder la oportunidad de pelear con cuanto quiltro se nos cruzó en el camino, hasta el blanco manchado entró en una casa para increpar a unos que les ladraban.

Sabíamos que no podíamos llevarlo a casa porque estábamos de visita y la tía Yoli no lo hubiera aceptado. Ni pensar en traerlo a Santiago porque Gatísimo no era muy amigo de los perros, menos si se trataba de uno de esta envergadura.

Tenía cara de perro manso, querible y medio tonto, así que igual lo dejamos babearnos un poco y jugamos con él. Para despistarlo fuimos a la Plaza de Armas del Ingenio, que consistía en rectángulo de pasto con un escenario y juegos para los niños. No tuvimos éxito.

Como empezaba a llover, volvimos a casa. Al llegar a la puerta, nos despedimos de Grande y Hediondo. Parece que entendió el adiós y se quedó mirando desde fuera con su cara de perro bueno.

2 Responses to “Grande y Hediondo”