Durante los últimos meses he librado una guerra interna. Mi viejo mundo se desvaneció. Llegó el tránsito desde la humedad de la selva al invierno de Santiago. Volé al calor de mi hogar con expectativas exageradas. Al llegar, me encontré en una nueva trinchera.
Mis emociones desatadas levantaron sus armas. Volví a ver los miedos paralizantes, la inseguridad, el pesimismo que reprime mi rabia creadora. Sin fondos para recurrir a una terapia formal, y al borde de la locura, escribo.
Me diagnostico alucinada y me invento problemas inexistentes. Escucho a Kate Nash en vivo cantando “Foundations“, me gusta y eso veo en mi comportamiento el error.
Ahí voy, buscando un propósito, siembro, invento y auto-nomino a un “challenge” (gosh, cómo odio los desafíos gringos) para escribir mil palabras diarias. Una contienda para jugarse la vida. Si muero en el intento, al menos habré escrito un libro.
Nota aparte: Si mis reportes están muy oscuros, pueden bucar algo de luz en condestinoa.com
Y como vas con las mil palabras diarias?…mija linda, póngase las pilas y a darle con todo para delante no mas…
besos
Más o menos no más, cada día son menos. jajajaja Voy como en las 300 palabras con suerte. Abrazo!